lunes, 17 de marzo de 2008

Capítulo IV: Una carta inesperada

"Mon:
Te extraño. Perdón por no haber escrito estos días, es que estuve con problemas. No puedo contarte por este medio lo que está pasando. Iré a verte. No sé cuándo, pero quiero que estés alerta; apareceré de noche y disfrazado.
Sé que esto sueña muy raro, pero ya entenderás cuando nos veamos y te cuente lo que sucedió.
Con amor,
Gabriel"


Dejó caer la carta, con sorpresa. ¿Gabriel?

Pero si había pasado tiempo ya... ¿Qué tendría el muchacho entre manos?

*****
Mónica se despertó sobresaltada. Estaba bañada en sudor. Su corazón latía a toda velocidad.
Suspiró y se acomodó entre las sábanas. Había tenido ese sueño de vuelta.
El campesino sin nombre le había procurado mil y una demostraciones de pasión, recostados ambos sobre las espigas del campo de trigo. La luna brillaba en lo alto, iluminándolos a pesar de las frondosas nubes. Estaban solos. Se amaban.
Antes de dormirse de vuelta, Mónica se sintió súbitamente sola, muy sola.

No hay comentarios: